BULLING
La información que hoy he subido al blog es muy útil, pues nos ayuda a saber más sobre un fenómeno que desgraciadamente está ocurriendo cada vez más, hablamos del bulling o acoso entre los escolares, seguidamente damos información de este problema que atañe a toda la sociedad, hagamos algo para poner freno a este horrible fenómeno.
La palabra “bulling” en inglés significa maltrato e intimidación entre iguales. En el colegio, y en otras actividades de nuestra sociedad, se dan situaciones de acoso. En las que algunos alumnos intimidan y humillan a otros compañeros que son más débiles o vulnerables.
Se considera maltrato a “toda acción reiterada a través de diferentes formas de acoso u hostigamiento entre dos alumnos/as o entre un alumno/a y un grupo de compañeros, en el que la víctima está en situación de inferioridad respecto al agresor o agresores”
Diferentes tipos de maltrato:
Verbal: insultos, motes y menosprecios en público para poner en evidencia al débil.
Físico: empujones, puñetazos, patadas, etc…
Económico: robos de pequeñas cantidades de dinero, material escolar, comida, etc.
Psicológico: hechos encaminados a bajar la autoestima del individuo haciéndole aumentar su inseguridad y su ansiedad.
Social: aislar del grupo al compañero creando en él la sensación de marginación y de soledad.
Consecuencias para la víctima:
Quien sufre maltrato, suele sentirse solo, infeliz y atemorizado, perdiendo la confianza en sí mismo y en los demás. El bulling produce un elevado estrés psíquico, con graves repercusiones que desembocan en fracaso escolar, miedos físicos y psicológicos y una anulación de la personalidad e identidad del niño/a, llegándose en casos extremos a tendencias suicidas.
Indicios de un posible bulling:
Los niños tienen la habilidad de esconder sus sentimientos y puede ser muy estresante y desconsolador para sus progenitores descubrir que sus hijos están sufriendo bulling en el colegio o en otras actividades sociales. Hay toda una serie de signos y comportamientos, que se salen del comportamiento habitual, y que pueden ser indicios de un posible maltrato.
- Problemas para conciliar el sueño y aparición de pesadillas.
- Disminución repentina del rendimiento académico.
- Comportamiento extraño: inhabitualmente tranquilo o inhabitualmente nervioso.
- Parece extraño o huidizo.
- Temor a salir de casa o a ir al colegio.
- Finge enfermedades o dolencias para no salir de casa.
- Cortes o arañazos frecuentes en partes de su cuerpo o rasguños en sus ropas.
- Perdida frecuente de material del colegio; libros, bolígrafos, cuadernos, etc. Hechos que pueden ser explicados porque está siendo robado por algún “abusón”.
Las manifestaciones de alguna de estas conductas no siempre se deben a situaciones de maltrato, por lo que es esencial hablar con nuestros hijos para tratar de conocer lo que les está ocurriendo.
Indicios que nos pueden llevar a pensar que un joven es un posible maltratador:
· Si muestra conductas excesivamente violentas hacia sus amigos, primos, etc.
· Si tiene objetos diversos que no son suyos y cuya procedencia es difícil de explicar.
· Si a menudo cuenta mentiras para justificar su conducta.
· Si otros padres o alumnos se quejan que agrede frecuentemente a otros alumnos.
· Si percibimos que ciertos compañeros rehuyen la presencia de este alumno.
Dónde ocurre el bulling:
Suele ocurrir en zonas libres de personas adultas, siendo los lugares más frecuentes: lavabos, entre clases, en el recreo o la salida de clase.
Influencia del contexto familiar:
Tiene una gran e indudable importancia para que los alumnos aprendan valores morales, habilidades sociales y otro tipo de aspectos que le van a favorecer o perjudicar para adquirir y desarrollar el rol de “agresor” o el rol de “agredido”.
Los padres deben de tener una actitud emotiva buena y sólida hacia su hijo, haciéndole sentirse amado y respetado. Así su personalidad será firme y desarrollará una elevada autoconfianza. Por otra parte de padres violentos saldrán, probablemente, hijos violentos, que tenderán a imitar este tipo de comportamiento.
Consejos para la educación de los hijos:
Busca la comunicación con ellos desde edad temprana. Habla y déjale hablar, respetando sus opiniones.
Enséñales a usar la palabra, evita perder los papeles en las discusiones y que manifieste su desacuerdo sin enfadarse.
Refuerza su autoestima, valorando sus buenas cualidades y potenciándolas.
No le sobreprotejas. Intenta que se desarrolle por sí mismo.
Enséñale a recurrir a los adultos en situaciones de peligro.
Papel de la escuela:
Los profesores, y el personal no docente de los centros educativos, al pasar mucho tiempo en contacto con el alumnado pueden detectar situaciones reales o indicios de bulling.
Es necesario detectar y tomar medidas en las primeras etapas de la aparición de este comportamiento, para actuar con antelación a que el problema sea excesivamente grave e irreversible. Pero a la vez que la escuela tiene la obligación de proteger la integridad física y moral de sus alumnos, también es cierto que muchas veces no poseen los suficientes recursos humanos ni materiales, en forma de herramientas útiles, para detectarlos. Así, debido a esta escasez de recursos de los que estamos hablando, ocurre que la falta de actuación o intervención en los casos de bulling, muchas veces de difícil diagnostico e incluso de difícil comprobación, se confunden con negligencia profesional. Esto está provocando que muchos padres de alumnos que han sufrido bulling denuncien al centro escolar, e incluso al profesor en particular, por permitir que su hijo haya sido objeto de abusos en la escuela.
Es posible que pueda existir algún caso aislado donde haya podido concurrir la circunstancia de una negligencia profesional, pero no es imaginable, y es completamente inaceptable, que el colectivo de la enseñanza sea estigmatizado y culpabilizado por la existencia de bulling en la escuela.
Obviamente los profesores tienen la obligación de observar, detectar y actuar en situaciones de bulling, y deben esforzarse en ello –cosa que la mayoría de ellos, por no decir todos, han hecho siempre-, pero de ninguna manera pueden ser considerados culpables si, haciendo lo posible, no logran evitar dicho comportamiento.
No parece razonable que un caso de bulling, ocurrido en el los servicios del centro durante el recreo, pueda ser achacable a la negligencia del profesor que vigila a los quinientos alumnos que están allí jugando al mismo tiempo.
Para ello es necesaria la colaboración de toda la comunidad educativa: profesores, padres, equipo directivo y la propia administración educativa en la creación de protocolos legales y mecanismo de actuación en este tipo de casos.
Actuación en caso de bulling:
Recomendamos, de forma general, los siguientes pasos de actuación en caso de tener sospechas de que un alumno/hijo está sufriendo acoso o maltrato escolar:
- Escuchar con interés la versión de los hechos.
- Recabar más información para ver si realmente está ocurriendo un caso de bulling o son cosas normales entres adolescentes.
- Ponerse en contacto con la escuela, si son los padres quienes lo detectan, o con los padres, si es el caso contrario.
- Fijar una estrategia de intervención para detener inmediatamente el daño que se está produciendo.
- Establecer una solución adecuada y ajustada a la intensidad de la falta y al daño ejercido.
La información que hoy he subido al blog es muy útil, pues nos ayuda a saber más sobre un fenómeno que desgraciadamente está ocurriendo cada vez más, hablamos del bulling o acoso entre los escolares, seguidamente damos información de este problema que atañe a toda la sociedad, hagamos algo para poner freno a este horrible fenómeno.
La palabra “bulling” en inglés significa maltrato e intimidación entre iguales. En el colegio, y en otras actividades de nuestra sociedad, se dan situaciones de acoso. En las que algunos alumnos intimidan y humillan a otros compañeros que son más débiles o vulnerables.
Se considera maltrato a “toda acción reiterada a través de diferentes formas de acoso u hostigamiento entre dos alumnos/as o entre un alumno/a y un grupo de compañeros, en el que la víctima está en situación de inferioridad respecto al agresor o agresores”
Diferentes tipos de maltrato:
Verbal: insultos, motes y menosprecios en público para poner en evidencia al débil.
Físico: empujones, puñetazos, patadas, etc…
Económico: robos de pequeñas cantidades de dinero, material escolar, comida, etc.
Psicológico: hechos encaminados a bajar la autoestima del individuo haciéndole aumentar su inseguridad y su ansiedad.
Social: aislar del grupo al compañero creando en él la sensación de marginación y de soledad.
Consecuencias para la víctima:
Quien sufre maltrato, suele sentirse solo, infeliz y atemorizado, perdiendo la confianza en sí mismo y en los demás. El bulling produce un elevado estrés psíquico, con graves repercusiones que desembocan en fracaso escolar, miedos físicos y psicológicos y una anulación de la personalidad e identidad del niño/a, llegándose en casos extremos a tendencias suicidas.
Indicios de un posible bulling:
Los niños tienen la habilidad de esconder sus sentimientos y puede ser muy estresante y desconsolador para sus progenitores descubrir que sus hijos están sufriendo bulling en el colegio o en otras actividades sociales. Hay toda una serie de signos y comportamientos, que se salen del comportamiento habitual, y que pueden ser indicios de un posible maltrato.
- Problemas para conciliar el sueño y aparición de pesadillas.
- Disminución repentina del rendimiento académico.
- Comportamiento extraño: inhabitualmente tranquilo o inhabitualmente nervioso.
- Parece extraño o huidizo.
- Temor a salir de casa o a ir al colegio.
- Finge enfermedades o dolencias para no salir de casa.
- Cortes o arañazos frecuentes en partes de su cuerpo o rasguños en sus ropas.
- Perdida frecuente de material del colegio; libros, bolígrafos, cuadernos, etc. Hechos que pueden ser explicados porque está siendo robado por algún “abusón”.
Las manifestaciones de alguna de estas conductas no siempre se deben a situaciones de maltrato, por lo que es esencial hablar con nuestros hijos para tratar de conocer lo que les está ocurriendo.
Indicios que nos pueden llevar a pensar que un joven es un posible maltratador:
· Si muestra conductas excesivamente violentas hacia sus amigos, primos, etc.
· Si tiene objetos diversos que no son suyos y cuya procedencia es difícil de explicar.
· Si a menudo cuenta mentiras para justificar su conducta.
· Si otros padres o alumnos se quejan que agrede frecuentemente a otros alumnos.
· Si percibimos que ciertos compañeros rehuyen la presencia de este alumno.
Dónde ocurre el bulling:
Suele ocurrir en zonas libres de personas adultas, siendo los lugares más frecuentes: lavabos, entre clases, en el recreo o la salida de clase.
Influencia del contexto familiar:
Tiene una gran e indudable importancia para que los alumnos aprendan valores morales, habilidades sociales y otro tipo de aspectos que le van a favorecer o perjudicar para adquirir y desarrollar el rol de “agresor” o el rol de “agredido”.
Los padres deben de tener una actitud emotiva buena y sólida hacia su hijo, haciéndole sentirse amado y respetado. Así su personalidad será firme y desarrollará una elevada autoconfianza. Por otra parte de padres violentos saldrán, probablemente, hijos violentos, que tenderán a imitar este tipo de comportamiento.
Consejos para la educación de los hijos:
Busca la comunicación con ellos desde edad temprana. Habla y déjale hablar, respetando sus opiniones.
Enséñales a usar la palabra, evita perder los papeles en las discusiones y que manifieste su desacuerdo sin enfadarse.
Refuerza su autoestima, valorando sus buenas cualidades y potenciándolas.
No le sobreprotejas. Intenta que se desarrolle por sí mismo.
Enséñale a recurrir a los adultos en situaciones de peligro.
Papel de la escuela:
Los profesores, y el personal no docente de los centros educativos, al pasar mucho tiempo en contacto con el alumnado pueden detectar situaciones reales o indicios de bulling.
Es necesario detectar y tomar medidas en las primeras etapas de la aparición de este comportamiento, para actuar con antelación a que el problema sea excesivamente grave e irreversible. Pero a la vez que la escuela tiene la obligación de proteger la integridad física y moral de sus alumnos, también es cierto que muchas veces no poseen los suficientes recursos humanos ni materiales, en forma de herramientas útiles, para detectarlos. Así, debido a esta escasez de recursos de los que estamos hablando, ocurre que la falta de actuación o intervención en los casos de bulling, muchas veces de difícil diagnostico e incluso de difícil comprobación, se confunden con negligencia profesional. Esto está provocando que muchos padres de alumnos que han sufrido bulling denuncien al centro escolar, e incluso al profesor en particular, por permitir que su hijo haya sido objeto de abusos en la escuela.
Es posible que pueda existir algún caso aislado donde haya podido concurrir la circunstancia de una negligencia profesional, pero no es imaginable, y es completamente inaceptable, que el colectivo de la enseñanza sea estigmatizado y culpabilizado por la existencia de bulling en la escuela.
Obviamente los profesores tienen la obligación de observar, detectar y actuar en situaciones de bulling, y deben esforzarse en ello –cosa que la mayoría de ellos, por no decir todos, han hecho siempre-, pero de ninguna manera pueden ser considerados culpables si, haciendo lo posible, no logran evitar dicho comportamiento.
No parece razonable que un caso de bulling, ocurrido en el los servicios del centro durante el recreo, pueda ser achacable a la negligencia del profesor que vigila a los quinientos alumnos que están allí jugando al mismo tiempo.
Para ello es necesaria la colaboración de toda la comunidad educativa: profesores, padres, equipo directivo y la propia administración educativa en la creación de protocolos legales y mecanismo de actuación en este tipo de casos.
Actuación en caso de bulling:
Recomendamos, de forma general, los siguientes pasos de actuación en caso de tener sospechas de que un alumno/hijo está sufriendo acoso o maltrato escolar:
- Escuchar con interés la versión de los hechos.
- Recabar más información para ver si realmente está ocurriendo un caso de bulling o son cosas normales entres adolescentes.
- Ponerse en contacto con la escuela, si son los padres quienes lo detectan, o con los padres, si es el caso contrario.
- Fijar una estrategia de intervención para detener inmediatamente el daño que se está produciendo.
- Establecer una solución adecuada y ajustada a la intensidad de la falta y al daño ejercido.
Y aquí os dejo un enlace por si quereís informaros algo más:
http://fete.ugt.org/PRL/portal_preventivo/riesgos/riesgos_relacionados_con_la_ergonomia_y_psicologia/riesgos_psicosociales/Bulling/bulling.htm
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